TODA UNA VIDA
TODA UNA VIDA Toda una vida estaría contigo, no me importa en qué forma ni cómo ni cuándo Pero junto a ti. Una serrana y dura luz caía sobre los helados cerros de Huarochirí, sierra de Lima. La otra Lima. Tomaría horas para que se entibiaran, luego de pasar 12 horas de espaldas al Sol. El aire congelado era traspasado por la luz, que se metía lentamente en mi habitación pintando en él formas y colores que en la noche reclamaría de vuelta, dejado otra vez la habitación hueca. Ese aire era puro y helado, llenaba ese cuarto de olor andino, y mis pulmones. ¡La oficina! Debía despertar. Llené mis pulmones y me levanté de la cama, miré por la ventana del hotelito de camino, en el dintel de madera unas latas de leche viejas servían de maceta a unos cactus serranos y a mala hierba de la zona. Delante de esas plantas humildes reconocí la carretera central, un grifo y un restaurante enorme y vacío, a lo lejos cerros manchados de nieve. Típico lugar desolado y serrano. Quien diría que tamb